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Al garzón le sirve para nivelar una mesa coja,
al atleta para ejercitar sus músculos,
al hombre de la playa le sirve de sombrilla
y al asesino de arma.
Al constructor como sucedáneo del ladrillo,
al monstruo para asustar a los niños pequeños.
Al campesino le sirve de abono
y al panadero como leña para su horno.
A los dictadores les sirve para hacer una montonera,
prender fuego y así combatir la cultura.
Con esto concluyo
que no será tan fácil deshacerse del libro.
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Por: Ricardo Chamorro