Director
Jerry Luis
Año / 1960 / USA
Guión
Jerry Luis
Fotografía
Haskell B. Boggs
Duración
72 minutos
Algunos dicen que es uno de los mejores comediantes del cine, otros que es un imbécil que creó comedias estúpidas y que, para mal, creó escuela en otros tipejos que son más detestables aún como Jim Carrey o Adam Sandler. Este tipo es Jerry Lewis. Aunque éste no es un artículo en su defensa, si hay más cualidades que defectos en éste multifacético creador dentro del cine.
Ya es conocida su historia junto a Dean Martin como dúo humorístico: fueron muy famosos durante 10 años, se pelearon, Lewis siguió solo, después cayó en el olvido, creó la Teletón allá en E.E.U.U. y ahora aparece ocasionalmente en TV hablando cosas serias.
El film que nos importa en esta ocasión transcurre unos años después de su separación con Dean Martin, firma con Paramount Picture y hace anualmente 2 películas promedio. La película Cinderfella estaba ya lista, pero debido a su contenido, Lewis quería lanzarla a los cines en Navidad, pero el estudio, dada en ese momento la incomparable fama de Lewis, quería estrenarla en Julio, por lo que Lewis ofreció tenerles una película barata filmada en un mes para que la pudieran estrenar a mediados de año. Es así como se gesta «El botones», filmada en blanco y negro en el Fontainbleau Hotel de Miami Beach donde Lewis realizaba su show cada noche. Como el tiempo y la presión apremiaban, ningún director quiso meterse en líos, es así que Jerry Lewis dirige por primera vez una película que él producía, escribía y actuaba como protagonista. Aparece así también el «video assist», que consiste en una pantalla de televisión conectada a la cámara de cine, por lo que la revisión de lo grabado puede realizarse apenas acabada la toma. Lewis necesitaba esta invención para revisar su actuación y decidir si debía repetirse la escena. El «video assist» lo patentó y ahora se usa prácticamente en cada realización cinematogáfica.
Lewis era un fanático de «El gordo y el flaco», en particular de Stan Laurel, el flaco. Aparece entonces la idea de homenajearlo creando un personaje que no hablara en todo el film y que sólo silbase. Este personaje sería uno de los botones de un hotel. Como no había un guión definido, más que el borrador de Lewis que hizo en 8 días, la película se transformaría en una serie de gags que tendrían como hilo conductor sólo la presencia de Stanley, el botones en este hotel. Así que decidió hacerlo en blanco y negro, transformándose entonces en la historia de un personaje mudo en una película sonora.
Los gags resultaron ser irregulares en su comicidad, pero la película es una rareza no sólo dentro de la filmografía de Lewis, sino que de la comedia en general. Hay situaciones realmente absurdas como cuando Jerry Lewis llega al hotel como estrella de cine, o cuando por el acuario gigante pasa Stan Laurel saludando a Stanley.
La película fue elogiada en Europa más que en Norteamérica, aunque comercialmente le fue bastante bien, y recibió los elogios de Charles Chaplin. Hace unos años, Hollywood quiso hacer un remake de El botones, gastó meses y dinero y no lo pudo poner en marcha. Se muestra así el talento de este artista que al parecer crea un humor sonso y liviano, pero que lleva escondido el trabajo y la eficacia.
Como introduje al principio, para hablar de la calidad humorística de Jerry Lewis se entra a un plano muy personal, yo encuentro algunos sketch notables y sus muecas me hacen reír mucho. Pero al decir esto comienzo entonces a discutir con todos sus enemigos y así Lewis se va quedando con la imagen de una caricatura del perdedor en la televisión de las 5 de la tarde allá por la década de los ‘80.
Por: Don Butaca Martínez
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