Fotografías

Entreacto (Entr’acte)

entreacto

Director
René Clair
Año/ País
1924/Francia
Guión
Francis Picabia
Fotografía
Jimmy Berliet
Duración
22 minutos.

En Alemania, luego de la primera Guerra Mundial, el cine fue abordado, paralelamente al expresionismo que marcaría para siempre la historia cinematográfica, por pintores que vieron en este medio una nueva forma de expresión; la mayoría optó por pintar el celuloide, fotograma por fotograma, usando formas geométricas y llevando el color a la pantalla. Estas obras duraban apenas un par de minutos y entre los creadores se encontraba por ejemplo Walter Ruttmann que años después haría el valioso documento fílmico “Berlín: Sinfonía de una ciudad”.

El primer Festival de Cine Experimental en Alemania se realizó en 1924, en este encuentro se dieron cita todos estos “cineastas pictóricos” para mostrar sus trabajos que enfatizaban en lo abstracto; no había mensaje ni simbolismo, sino que un cine que optaba categóricamente por el movimiento y el tiempo como pilares fundamentales de este, aún en ese entonces, dudoso tipo de arte.

Lo curioso es que el país invitado a este festival fue Francia que llevó su película Entreacto, dirigida por un desconocido René Clair, pero en la cual habían participado Francis Picabia como guionista y Erik Satie como creador de la música, además de la aparición de Marcel Duchamp y Man Ray. La película causó furor entre los alemanes, pues se dieron cuenta que Entreacto lograba con imágenes reales (o sea, con fotografía) lo que ellos sólo habían trabajado de manera artificial.

Los ballets suecos de Rolf de Maré exhibieron en el teatro Des Champs Élysées en 1924 “El ballet Relache”. Antes del comienzo de la obra se proyectó la imagen de Satie y Picabia saltando en cámara lenta hacia un cañón que apuntaba hacia la ciudad desde lo alto, esta escena dura cerca de 1 minuto. Luego en el entreacto mismo del ballet se exhibió la película que luego viajaría a encandilar a los alemanes, es por eso el nombre del film.

El argumento  de la película no tiene ni pies ni cabeza, son imágenes sueltas, con cámaras lentas, en reversa, fundidos, encuadres ambiguos y con extraños cambios de perspectiva. Un muerto que es mago, un barco de papel navegando por los techos de la ciudad, 3 cabezas de globo desinflándose, una bailarina de ballet con barba, el disparo a un huevo, un juego de ajedrez interrumpido y un FIN que no es fin. Todo eso junto en 20 minutos del año 1924. Luego René Clair haría hermosas y más tradicionales películas como “Bajo los techos de París”, “El Millón” o “Viva la libertad” en la cual Chaplín se inspiraría para hacer Tiempos modernos. Entreacto queda, eso si, como el golpe de rebeldía ingenua, como una obra única aunque no maestra. Entreacto puede ser el padre de “Un perro andaluz” e incluso el bisabuelo de “Corre Lola corre” y vale su revisión sólo por el hecho de existir.

Entreacto es como los poemas de Rodrigo Lira dentro de la poesía latinoamericana: una aparición que se sitúa casi en el límite de su arte, un rincón desde donde puede verse todo, aprender y manejar las técnicas, y sin embargo, prefiere hacer lo inverosímil desde el borde de su abismo, sin salir de ahí, esperando a que todos viajen a observar su creación, aunque pasen años y años.