Fotografías

La calle

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«La Strada»
Director
Federico Fellini
Año / 1954
Guión
Federico Fellini, Ennio Flaiano, Tullio Pinelli.
Música
Nino Rota
Fotografía
Ennio Guarnieri
Montaje
Nino Baragli
Reparto
Anthony Quinn, Gulietta Masina, Richard Baserhard.
Género/ Drama
Duración
104 minutos

Historias de Postguerra

La Strada o La Calle, de Federico Fellini, se centra en el circo itinerante, mostrado por una pareja de personajes circenses que viajan por Italia de pueblo en pueblo para poder sobrevivir, Zampano, que en la realidad es Antonny Quinn, hace el personaje de “Hombre de hierro”, y Gelsomina, que es la actriz Giuletta Masina, esposa de Fellini, es la tamborilera-trompetista, y la acompañante del espectáculo de Zampano.

Es, de cierta manera, la representación de cómo un grupo numeroso de personas después de la posguerra vivía literalmente “En la calle”, sea esto, o porque fue despojada de sus hogares, o porque el quedarse en la casa solo producía más hambruna familiar y tenía que arreglárselas para poder alimentarse y alimentar a su familia diariamente, era necesario hacer uso del espacio público e ingeniárselas para que se les pagara por cómo hacían uso de éste.

La Strada o la calle, es una película del periodo neorrealista italiano, movimiento que se enmarca dentro de un formato fílmico que apostaba por la simplicidad, en beneficio del contenido del texto fílmico mostrado.

La enciclopedia Britannica define de la siguiente manera este movimiento en al ámbito cinematográfico:
“ Era un movimiento del siglo XX, que impulsó un visión descarnada y realista de los acontecimientos que condujeron a la segunda guerra mundial y de los conflictos sociales de posguerra, este movimiento aludía a una aspiración de tipo documental: se solía utilizar actores aficionados y la acción se centraba en situaciones cotidianas. Las películas neorrealistas, a menudo eran toscas y de realización precipitada, contrastaban brutalmente con los filmes tradicionales de entretenimiento escapista”.

El movimiento neorrealista ocupaba espacios públicos para sus representaciones, los neorrealistas salieron a la calle a ver lo que había pasado con la guerra, observaban las realidades que circundaban la ciudad. Buscaban diferenciarse de los filmes que mostraban un mundo falso, construido, hecho por las grandes producciones cinematográficas, como los musicales. Ellos buscaban meterse en la vida real, vida de hombres y mujeres de posguerra, que son la sobrevivencia misma.

Bajo este contexto, el circo se muestra en un período de devastación característico de la posguerra, donde éste, no existía como hoy lo conocemos, esto es, como agrupación de números artísticos que viajan de pueblo en pueblo. Lo que surgía en ese tiempo, eran pequeños grupos de “itinerantes circences” que presentaban su espectáculo en diferentes lugares con una colaboración monetaria espontánea después de la presentación o si todos congruían en un mismo lugar, se armaba una feria circense, que era dirigida por el dueño de la carpa instalada en un espacio baldío.

En este período, la espectacularidad del circo, permitía a las personas evadir los momentos traumáticos de la posguerra, los cuales aún tenían consecuencias en la vida cotidiana, y el circo era una excelente forma de hacerlo, ya que éste permitía ver algo que se salía de los márgenes de la realidad y entraba en el mundo de la excepcionalidad, la fantasía, lo irreal.

Los personajes también en su individualidad son representantes de este período histórico. El “hombre de hierro”, Zampano, repite su espectáculo en cada pueblo siempre de la misma manera, es la repetición constante del mismo acto, del mismo relato, de la misma historia, es la reproducción mecánica de un trabajo que en nada se aleja al obrero de una fábrica. Zampano “el hombre de hierro”, es un personaje circense que representa al hombre inquebrantable, un hombre que la vida dura le ha enseñado a no mostrar ni un atisbo de emocionalidad, que su gran característica es la fortaleza. Su vida y su personaje, son uno solo que lo cobijan para soportar la existencia.

La mujer, Gelsomina, es la representación de la locura de la época, del desvarío que se respiraba en el aire, su personificación ingenua e idealista, es la representación de lo que un pueblo devastado quería creer, que el mundo era mejor de lo que se estaba viviendo, en ella también su personaje se camufla con su vida.

La película La Strada, fue la obra que dio a conocer en el mundo cinematográfico a Federico Fellini y lo consolidó como un gran director. Recibió por esta película un Oscar como mejor película de habla no inglesa y un León de plata, en el Festival de Venecia.

Y es quizás la representación prototípica del momento de posguerra dada por dos personas que a partir de la devastación tuvieron que salir a la calle para poder sobrevivir, lo que entregó el éxito a este film, que era parte del cotidiano de la gente de la época.

La excelente actuación de los personajes, los malabares mostrados para la sobrevivencia, el contraste de la vida cotidiana entre ficción circense y realidad social, acompañado esto, por un lado, con una iluminación que le entregaba una frialdad que engullía este momento histórico, el calor implacable del sol, noches oscuras y un desolador frío invernal, y por otro lado, una escenografía que solo muestra la realidad con una música diegética repetitiva, que daba a conocer el diario vivir de la gente, que giraba en torno al sufrimiento y la esperanza de algo un poco mejor, son elementos constitutivos del reconocimiento que obtuvo este film en su época y de su actual vigencia.